He visto pirarse de mi pueblo a grandes ingenieros, socorristas de verdad, arquitectos de renombre, mariscadores de corazón, reponedores incansables, borrachos divertidos, abogados, profesores que serán maestros, e incluso a los mejores yonkis que uno puede imaginar.
Los menos se han ido por propia iniciativa.
A la mayoría los han echado de forma indirecta. La falta de trabajo para todos y la existencia de pocas oportunidades en su ciudad natal son las claves del problema.
Otros pocos, resisten. Se han quedado para librar una dura batalla que simplemente consiste en ser autosuficientes en la ciudad en la que nacieron.
A todos los ferrolanos que estais fuera, espero que las fotos que se publican en este blog os sirvan para que vuestra morriña siga activa, junto con el sueño de volver. Sabeis igual que yo, lo mucho que Ferrol os necesita.

No os sintáis menos ferrolanos por no poder estar aquí día a día. Sois ejemplo por ganaros la vida. Mucha fuerza y mis mejores deseos. Espero teneros pronto de vuelta, dándole luz y vida a la ciudad. Tranquilos, todo llegará.
Si os sirve de consuelo, tengo que deciros que en todos los baños las mejores olas se siguen marchando solas. Seguramente sea en vuestro honor.
