El viernes llegamos por la mañana con medio metro bastante justo, aprovechamos para montar el campamento, flipar con el paisaje y luego a la tarde en baja darle un poquito a la orillera.
De camino para casa, dos paraditas muy diferentes, una en Razo con un bañito tablonero y otra un poquito más adelante con unas cuñas que me hicieron sacar el Bodyboard del baúl de los recuerdos y me enseñaron a comer arena.
Fin del viaje y os dejo con dos imágenes que para mi resumen la escapada, la belleza del sitio y la cantidad de gente que había por momentos en el agua aunque el ambiente era cojonudo. Saludos a Bea y Borja...volveremos!!!