7 de abril de 2010

La pensión del Varón Dandy

Los últimos rayos de luz daban paso a la noche.
Encontrar una pensión era nuestra misión antes de empezar a disfrutar de las sidrerías.

Tras tocar el timbre una voz con un acento familiar nos saludó para darnos paso a la recepción, un lugar pequeño con un simple mostrador, una libreta, un boli y un teléfono público.

- Hola, adelante.
-Hola
-Que sois gallegos?
-Si de Ferrol.
- Pero de donde?
-De ferrol.
- Si, pero de que calle?
-Yo de Santa Marina.
-Yo de Pazos.
-Yo soy de la calle de la Tierra.
-Menuda casualidad.
- Que haceis aquí en vez de estar viendo las procesiones?
-Venimos a la nieve.
-Manda carallo, con las ganas que tengo yo de poder volver por allí a ver las procesiones.

Así comenzamos a charlar y conocimos un poquito más la vida de Manu que con mucha morriña regenta una pensión en Mieres.

- Con el ambiente que hay allí estos días, y vosotros por aquí.

El último día no tuvimos la oportunidad de despedirnos en persona, seguramente sigue sin llegar a entendernos.


No pude enseñarle esta foto y explicarle que no era la nieve sino la sensación de libertad lo que veníamos buscando y que nos sentimos más libres entre el silencio de la montaña que entre procesiones.

2 comentarios:

Xabre dijo...

Ay la morriña, es algo tan nuestro.......
La sensación de libertad se tiene en las montañas, pero en una estación de esquí, me da que no!!
Cada vez más, mis amigos montañeros y los del snow, se alejan más de las estaciones.
Alguno, ya sólo viaja a las montañas a pasear, con raquetas, crampones o botas de treking.....
Esos mastines, que bien viven......

Néstor dijo...

Esos son homes!!!!
Yo llego rebentao así, imaginate si subo con raquetas!!!