Ahora que llega el verano cada día me acuerdo más de ella.
Iba mucho más despacio que los demás, pero con ella parecía que todo era más tranquilo, que el tiempo pasaba más despacio, los kilómetros lo hacían y te daba tiempo a disfrutarlos.
Nunca le gustaron las autopistas ni las altas velocidades. Para pasar de los 100 sufría mucho, a pesar de que su dueño que en aquellos tiempos estaba aprendiendo a ser pescador, exageraba como ellos y decía que llegaba a los 120.
Lo suyo eran las nacionales costeras, esas carreteras poco transitadas con curvas sinuosas, donde las suspensiones de ballestas te mecían igual que lo hace el mar con una chalana en cuanto sale del abrigo del espigón de prioriño.
Foto: Nos llevaste al fin del mundo.
La tabla de Darryl
Hace 1 mes
4 comentarios:
jajajajajaajajja oh pero eso non e normal joder....logo o tolo son eu !!!! voy arriesgar dice jajajajaj-
meca..........
PALIDO.
Muy bueno Nestor!!!! Y un gran recuerdo!!
Jaaaaa..jaaaa..en un coche nuevecito no disfrutas un adelantamiento asi...seguro que le das a un boton y los camiones desaparecen....que pasa que si te acostumbras a conducir un coche-aventura..nunca dejas de ser aventurero,mecanico de uvi y filosofo de kilometros...Un saludo.
esa terra mitica!!!
sempre ficaras no nosso coraçao
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