12 de abril de 2009

Tranquilidad vertical

El traje a secar encima de unos tojos empezaba moverse con el viento, insinuando que estaba medio seco y listo para el segundo baño del día.

Era la hora del bocata, mientras miraba como el agua comenzaba a llegar a esos cantos rodados que parecen ajenos a la ola del fondo.
Dentro de muchos años esas piedras serán arena que cuando se coloque en su sitio volverá a formar olas hasta la orilla. Esas olas serán para otros.
Tras dejar el bocata a un lado, seguí los consejos de mi traje y volví a ese líquido que muchos ven frio y otros turquesa.

2 comentarios:

Juan dijo...

Tranquilidad al fin y al cabo...

ERACHE UN BO CUBIL dijo...

TABAS BEN ABRIJAO AI NA ESKINIÑA E LAMPANTIN,ANDABAS Á RAIOLA!JAJA .NOTASE K ES GRAN COÑECEDOR DO TERREO JAJAJA