Cuando era muy pequeño recuerdo que siempre miraba con admiración esos puntitos negros que estaban en el agua. Unos días no estaban y por el contrario otras veces eran muy numerosos y estaban todos juntitos.
Yo entendía más bién poco, pero me encantaba verlos. Cuando pasaba por una playa siempre se me escapaban un par de miradas hacia atrás viendo como alguno se cambiaba en el aparcamiento o se dirigía al agua.
Con lluvia y mal tiempo a veces seguían allí.
En el coche mi padre ponía el limpia. Mi madre decía "mira estos, con el día de perros que hace" y yo desempañaba el cristal con la mano y miraba desde la ventanilla.
Anocheciendo, últimas horas de una tarde de perros en una playa pegada a la transcantábrica, una máquina que seguramente no para de crear afición.
La tabla de Darryl
Hace 1 mes
4 comentarios:
esa ola nunca defrauda. Eso si , hay que saerse bien las condiciones para no ir en vano ;)
Eso si, que lo quilómetros están caros.
Saludos
Que mal lo tengo pasado ahí para salir.... con la orillera......
Yo lo paso mal con la contraola, q cuanto más mar entra, más se nota.
Saludos
Publicar un comentario