23 de septiembre de 2015

Viajamos a Portugal, pero nunca llegamos. Parte 1


Ver mapas, recordar tramos de costa, observar en google earth las zonas que pueden funcionar si se gira el viento y en definitiva planear un viaje también es viajar.

Desde que comienzas a ojear mapas del sitio al que quieres ir, es como si el viaje ya hubiese empezado.

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Tengo que decir que Audasa me quita siempre las ganas de bajar a Portugal. También haber recorrido varias veces la costa portuguesa y la masificación de algunas zonas son factores que me fueron desmotivando con el tiempo.

A pesar de todo ello, tras pillar muy buenas olas en algunas escapadas el pasado invierno, las ganas de volver a Portugal regresaron de golpe y con fuerza.

Con la costa portuguesa grabada a fuego en la memoria llegó el día de partir pero todo parecía estar en nuestra contra.

Además de Audasa, las predicciones  tampoco ayudaban. Vientos fuertes de componente sur, poco mar y mucha lluvia. Eso era lo que nos esperaba para la última semana de Agosto, algo con lo que no habíamos contado en estas fechas.

A ello tenemos que sumar que casi todo el tramo de costa portuguesa está orientado en la misma dirección, por lo que los escondites con buen viento iban a ser pocos y por lo tanto estarían masificados.

Pusimos el coche en marcha y salimos a la carretera general, la de Catabois. Las dudas eran enormes y en el último momento en vez de girar hacia abajo para ir a Portugal decidimos girar hacia arriba en dirección al norte sin rumbo claro.

Finalmente toda la planificación se había ido al traste, pero teníamos un coche, unas tablas, comida y  siete días por delante que no se podían desperdiciar.

Foto: Todo en orden.



Nuestra primera parada transcantábrica fue Salinas a la que en principio sólo nos acercábamos para ver el mar que podía estar entrando y tener una referencia. Pero Salinas nos sorprendió y nos regaló un baño muy divertido.

Foto: Salinas no deja de sorprender, regalando un baño en un día en que Doniños estaba plato.
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Tras la parada y el bañito de rigor continuamos dirección Cantabria, llegando a Liencres a media tarde y otra vez la fortuna nos puso delante unas izquierdas preciosas que nos obligaron a salir del agua denoche.

Foto: Una pena que una tromba de lluvia no me dejase afotar un poco mejor la calidad de estas izquierdas. 
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La noche pintaba fea, lluvia constante, truenos, relámpagos y  obligados por el cansancio acumulado tuvimos que hacer noche en la zona de Santander.

El tiempo no era bueno para ser Agosto, pero las predicciones  para el Cantábrico eran ideales.

Viento sur y entrada de mar para los próximos días, algo que nos hacía irnos a dormir bastante ilusionados a pesar de la tormenta que estaba callendo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Liencres nunca defrauda, cada dos por tres paro allí...!!!
Jorge desde Miranda.

Néstor dijo...

Sin lugar a dudas Jorge!!, una buena zona para perderse un poco.