Entre los
meses de octubre y abril, es una de la las mejores épocas para perderse en los
parques naturales senegaleses, donde la naturaleza explota después de las
copiosas lluvias de la estación anterior.
El parque de
Djoud, en el delta del río Senegal destaca por el gran número de aves. Está considerado
la tercera reserva ornitológica a nivel mundial.
Foto: Mikeldi.
Discurrir
entre sus arroyos es impresionante.
Foto: Mikeldi.
Otra de las
zonas protegidas que visitamos fue el parque de la Langue de Barbarie. Es una
franja arenosa entre el océano y el río Senegal en el que anidan especies endémicas
de tortugas marinas, muchas aves y los cangrejos están por todas partes.
Pablo, hizo
de conductor y de guía en nuestra estancia en el Norte del país. Gran compañero
de viaje que pronto se convirtió en uno más.
Decidimos hacer
un pequeño fuego y pasar una noche en la lengua de arena.
Mientras
montábamos el campamento, David se fue a por cervezas. Pensábamos que
estaba de broma pero cogió una mochila, su tablón y se puso a cruzar el río
hacia la civilización.
Entre vítores,
David regresó antes de la cena con 10 litronas a la espalda. Ese detalle, nunca
lo olvidaremos.
A la mañana
siguiente un canal profundo y una fuerte corriente no nos permitieron disfrutar
de buenas olas en aquel lugar tan especial.
Los bancos de
arena en la zona están en continuo movimiento y es muy probable que cualquier
otro día los bancos regalen olas de muy buena calidad en la zona. Ya tenemos excusa
para volver.
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