Llevaba tiempo con una miniquilla de Karma Fins en el maletero,
esperando el momento.
El otro día me decidí a probarla. Buscaba jugar sabiendo que
iba a ser difícil llegar a divertirse.
Lo único que sabía era que tenía que ir agachadito para
mantener el centro de gravedad ahí abajo, creo que fue lo único que hice algo bien.


Después de la bajada todo puede pasar. La diversión y el
descontrol pueden aparecer en cualquier momento.


Jordan Rodin es para mí uno de los grandes maestros del arte
de surfear sin quillas. En alguna entrevista le escuché decir que para surfear
sin quillas era necesario ser muy fuerte. Algo que no entendí.
Creo que se refería a ser fuerte mentalmente. A no pensar
que te estás perdiendo olas que aprovecharías mejor si fueses con quillas. A
ser testarudo y aguantar durante los primeros meses esa presión. Le doy la
razón…hay que ser muy, muy fuerte.
La quilla permite derrapar y al mismo tiempo da algo de
agarre cuando vas en la pared. Estoy deseando probarla en una tabla más pequeña
y manejable.
Os dejo con Jordan, un artista, deslizamiento puro. De otro
planeta.
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