30 de octubre de 2014
Volando voy.
Ir y venir volando es la forma más cómoda para viajar a las islas desde la península.
Cristina sacó este fotón mientras paseaba por el muelle de Corralejo, una foto sacada al vuelo (nunca mejor dicho).
A mi me parece de revista, no hubo ni que recortarla. Si alguien conoce al surfista que le avise de que aquí tiene una buena foto con Lanzarote de fondo.
27 de octubre de 2014
El hierro. Olas por doquier.
Tener una playa que funcione en cualquier punto de marea es un lujo que está alcance de pocos lugares.
Foto: Los alemanes, una ola fácil y con canal.
En mi primer viaje a la isla hubo demasiado mar y no pude catar la zona del Hierro. Esta vez pasó todo lo contrario y la ola hizo honor a la fama que tiene.
Foto: El Hierro, con todo un día por delante.
16 de octubre de 2014
La izquierda del muelle.
La ola que más veces han visto los habitantes de Corralejo, una izquierda potente y muy larga que te pasea por el norte de la ciudad hasta llegar al muelle.
Foto: Una izquierda de libro.
La fama recae sobre la izquierda, pero también te puedes divertir mucho cogiendo un tramo más corto de derechas que da la ola al principio.
Foto: La derecha.
La derecha es mucho más corta pero es una ola que tiene final, terminando con una pequeña rampa muy divertida.
Foto: Local disfrutando de la rampa.
Foto: Mucho surf y más estilo.
13 de octubre de 2014
En Fuerte también hay derechiñas en las que no se culebrea.
Cuando uno viaja en busca de olas se imagina la ola perfecta mientras prepara las tablas, las maletas y sueña con ponerse malo en olas increibles.
La realidad es que eso sucede si te quedas en casa. Es donde más olas vas a coger y donde te vas a poner más morado. Conoces el tramo de costa que te rodea a la perfección y tienes dominados los puntos de marea de cada sitio, todo está a tu favor y pronto estarás hasta la patilla de olas.
Cuando sales fuera, tienes que buscarte la vida, si consigues echarte todos y cada uno de los días del viaje puedes darte con un canto en los dientes.
En esta segunda escapada a Fuerteventura no he cogido olas mágicas. Recuerdo mi primera vez con un Lobos épico, esta vez Lobos no ha funcionado y eso influye mucho.
Por otra parte, en esta escapada he conocido mucho mejor los picos del norte de la isla. En una semana he podido surfear a diario y cada día en un pico diferente.
Surfear cada día una ola distinta, con un fondo nuevo, con variedad de tamaños y sobretodo con zonas para entrar y salir del agua distintas me ha gustado mucho.
De entre todas las olas surfeadas, hubo una en la que me divertí un montón a pesar de ser la más pequeña de todas.
Una derecha muy corta, muy caprichosa con el punto de marea, muy pequeña y al mismo tiempo preciosa.
Foto: Lanzarote al fondo.
A pesar de su pequeño tamaño la ola tiene fuerza, empuja y te deja hacer maniobras incluso con cuarto de metro.
Una de esas olas que coge la laja y rompe siempre por el mismo sitio, con precisión matemática y que te deja recrearte.
Además de todas las cualidades de la ola me gustó muchísimo la forma de disfrutarla de los locales. Rompe siempre en el mismo sitio pero la preferencia no la tiene el que está más metido en el pico, aquí los culebreos no sirven de nada. La preferencia la tiene siempre el que más tiempo lleva esperando por una ola con independecia de donde este colocado.
Pillas la ola, vuelves al pico, coges turno, esperas y cuando te toque surfeas.
Casualmente la ola salía delante de donde dormía, simplemente era mirar por la ventana y allí estaba. Pequeña, bonita y perfecta de viento. Antes de entrar al agua la bauticé como "la derechiña".
Una vez dentro los locales me comentaron que un chico de Vigo se había enganchado a esta ola durante su estancia en la isla. A este vigués le encantaba la ola y si funcionaba nunca faltaba a la cita. Tanto la frecuentaba que durante una buena temporada los locales de la isla llamaban a esta ola por el nombre del vigués. A día de hoy todavía quedan locales que siguen llamando a la ola "la derecha de Jamardo".
8 de octubre de 2014
¿Repetir es viajar?
Mis viajes son escasos. Por ese motivo procuro no repetir destinos. Veo una tontería volver a un sitio donde ya has estado si te quedan miles de lugares nuevos por visitar y tienes pocas oportunidades para escaparte. Esta es mi teoría.
En la práctica,existen numerosos factores que te llevan a saltarte a la torera la teoría.
Me prometí volver y así ha sido.
La tranquilidad, la actitud de sus locales, sus olas y el ambiente que se respira en la isla me han marcado Fuerte.
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