Escapadas: Siguiendo el curso del río.

Cuando un río nace en Ourense a mi me entran serias dudas sobre si realmente terminará desembocando en el mar.


 

Esta vez hubo suerte, aunque lo que más me gusta de su desembocadura es el frango ao churrasco.

Una hora al mediodía.

Aquella hora en el agua me mantuvo motivado las otras 23.

Al llegar a la orilla la playa me recibía de forma espectacular.
 
 

 Cuando apenas llevaba 15 minutos en el agua el viento empezó a soplar con mucha fuerza, el cielo comenzó a cubrirse y pasó del azul clarito al negro oscuro en cuestión de minutos.

 

 De repente la cosa se puso muy fea, rachas de viento fuertes y unas gotas de lluvia gorda que llegaban a lastimarte la cara, obligandome por momentos a tener que cerrar los ojos.

 

 A los pocos minutos el viento bajó su intensidad, las nubes se alejaron y el sol regresó para hacer acto de presencia.

 

 El turquesa, volvió a ser el color dominante.

 

Un arcoriris, 20 olas, una tormenta fuerte y un día de sol magnífico...parece mucho lo vivido...pero fue sólo una hora.

Los melenas

Ya era hora de empezar a hacer algo en el blog para los demás, esta vez le toca a los melenas.

A ver si de forma esporádica puedo ir utilizando un objetivo que uso para el trabajo y sacar algún primer plano.

 David, dibujando redondo.


Carlos Pita, fluyendo con su fish.


Iván al sol.
 

Pablo, en el sitio perfecto.
 

Para terminar: Iván a la sombra.

Se acabó lo que se daba.

Desde el pasado viernes no veo a la tortuga circular por el patio. El sábado y el domingo hizo solazo y muy buena temperatura, pero la tortuga va un paso por delante de los humanos, detecta con bastante más atelación que nosotros la llegada de la bajada de temperaturas, y a pesar de que eran días soleados ya estaba buscando un buen escondite para pasar el invierno hibernando.

Tras buscarla bastante rato, hoy la encontré. Ahí la teneis.
 

Bueno seguramente no la veáis a simple vista, pero apartando un poco la vegetación podeis intuir su caparazón.
 

Así, semienterrada y camuflada por la vegetación se pasará los días durmiento hasta la próxima privamavera. Sin comer, ni moverse, como si de una piedra se tratase hasta que nuevamente la subida de las temperaturas la vuelvan a activar.

 

Me voy a fiar de su intuición, a partir de hoy los escarpines, el gorrito de neopreno y el tarro de miel se sumarán a toda la metralla que anda bamboleando en el maletero.

Cuando la vuelva a ver caminar por el patio, aunque sea un día lluvioso y feo, querrá decir que en pocos días llegará la primavera. 

Acabado brillo espejo.

Cuando ves una tabla completamente nueva con este tipo de acabado da pena hasta echarle la parafina.

Pero lo más interesante para apreciar este acabado es conocer y ver como se consigue.

Aquella tarde en el taller de Toma Goma tenían una tabla sobre los caballetes practicamente terminada, sólo faltaba pasarle las últimas lijas para que aquello brillase.



Ricardo y Luís comentaron que dedicarían toda la tarde en convertir aquella tabla mate en brillante. En ese momento decidí quedarme para verlo.

Ricardo me advirtió diciendome que le llevaría toda la tarde, tranquilamente más de un par de horas para que aquella tabla brillase.

Uno no tiene la oportunidad de ver este tipo de trabajos todos los días, estaba seguro que el tiempo se me haría igual de corto que cuando tengo que esperar a que suba o baje la marea...sino te gusta ver como va evolucionando la playa a medida que quita o mete agua...mal asunto.



Vi como se pasaban sobre aquella tabla muchas lijas, aquello parecía la historia interminable: lijas de 800 en seco, de 800 al agua, lijas de 1000 en seco, de 1000 al agua, de 1500 en seco....estaba anocheciendo y Ricardo seguía con aquella lija de 2000 al agua.

Aquella tabla que inicialmente ya estaba lijada, insisto, sólo quedaba el acabado, se comió una pila de lijas simplemente para conseguir el acabado brillo espejo.



Se metió la noche y llegó el momento del paté...yo pensaba que era un parón para tomar un pinchito, pero resultó ser que tocaba el pulido con paté de polish, la fase final para sacar lustre a aquella tabla.

Todo el proceso se realizó a mano, únicamente se empleó una rotorbital para el pulido y abrillantado final, el resto todo a mano con la única ayuda de un taco para pasar las diferentes lijas.

Son muchas las pasadas que hay que realizar por cada lado de la tabla y cantos. El acabado brillo es sin duda un sinónimo de paciencia y trabajo meticuloso.

Llevó mucho tiempo y más lijas. Pero el resultado vale la pena, sobretodo cuando pones tu careto sobre la tabla y te ves reflejado en ella como en un espejo.



Ahora ya se cómo se consigue un acabado brillo, es decir, ahora me daría más pena todavía echarle la parafina encima.

Si te pasas de visita por el taller además de ver alguna tabla curiosa, todavía queda algún calendario de la revista Hangten.



Un calendario con fotografías impresionantes de Iván Silox.

Un bioindicador que va mejor que el windguru.

Cuando llega el frio o las condiciones climáticas adversas las tortugas de agua hibernan, sin embargo este año me llamó la atención que la tortuga a finales de septiembre seguía deambulando por el patio, muy activa, nadando y cazando caracoles como si estuviesemos en pleno verano.



A mediados del mes de octubre y con la llegada de las primeras lluvias,  la mayoría ya habíamos retirado la sombrilla del maletero del coche, pero ella seguía tan tranquila, dándose paseos por el campo y con los ojos bien abiertos. Se ha convertido en un bioindicador perfecto.

Foto: Hoy, le llaman diciembre.


Esta tarde mientras ponía el neopreno a secar, la busqué con la mirada y allí estaba  muy despierta y sonriente. Creo que se rie de mí por tener al alcance windgurú, estaciones meteorológicas, modelos de predicciones y aún así equivocarme muchas veces.

Ella, nunca falla y aún encima se rie.

Medio metrín y está grande.

Surfear olas grandes está asociado a masas de agua más altas que un edificio de tres plantas y no siempre es así.

Foto: Una ola grande.
 

Si ves una ola más ancha que alta, desconfía, la baldosa de piedra te espera y está a pocos centímetros de profundidad.

 

Entre colegas.

Así fue aquel baño: las olas no eran magníficas, pero la compañía estaba a gran altura.

Todas las fotos obra maestra de Cristina Montero.

 

Juan estuvo desatado!!.  


Rubén entró a saco a por las olas.



Recitando en la que para mí es su casa, Rubén Sanmartín sacando spray.

Los Kribensis.

Sin lugar a dudas una pareja de Kribensis es una de las mejores formas de iniciarse con la cría de cíclidos.

Para la cría, lo ideal es mantener a la pareja sóla en un acuario de unos 100 litros con escondites. Los padres se ocupan del cuidado y defensa de los alevines durante su crecimiento, siendo el número de alevines resultante de cada puesta muy elevado.

La pareja: la hembra es la de la izquierda.


Si alguien está interesado, tengo bastantes alevines. Se regalan con la única condición de disponer de un acuario adecuado para su mantenimiento, podeis ver los requerimientos de esta especie pulsando aquí.

Alguno de los alevines.

Cuando te engañas a ti mismo.

Llevo tanto retraso descargando las imágenes de la cámara que cuando lo hago me llevo muchas sorpresas viendo fotografías que ni me acordaba que tenía.

Esta imagen me dejó desconcertado, en un primer momento incluso llegué a pensar que era de alguna escapada o algún viaje...es lo que tiene esa mala costumbre de mirar siempre las playas desde el mismo punto de vista.

 Aqui al ladito: En cada risco marisco y en cada roca...

Un nuevo proyecto. Tiembla. Parte 3

Lo primero consistió en localizar las fugas de aceite y solucionarlas, algo que se consiguió muy rápido cambiando sólo unas cuantas juntas desgastadas.



Las dificultades de verdad comenzaron al empezar a rodar: El embrague hacía cosas raras y el carburador dejaba pasar demasiada gasolina lo que provocaba que la bujía se fuese manchando demasiado hasta que se ahogaba.

En este punto muchas cosas empezaban a escapárseme de las manos, pero allí estaba Diego "elmecánico" Vargas para indicarme las pautas a seguir de aquí en adelante, casi todas terminaban con una coletilla que decía "...esto es facilísimo....Néstor, la mecánica de una vespa no tiene ciencia ninguna".

Foto: Diego con un rápido vistazo....sota, caballo y rey.

Tocó desmontar el carburador donde el principal problema se localizaba en la aguja del flotador que presentaba bastante desgaste y hubo que reemplazarla.

Una vez solucionado el carburador tocaba desmontar el embrague. Como consecuencia de mis nulos conocimientos de mecánica todo tenía que ir anotándolo y apuntándolo para acordarme después a la hora del montaje. 



Una vez desmontado el embrague y con un sólo vistazo, Diego "elmecánico" Vargas dictaminó que los discos de corcho que llevaba intercalados , estaban deteriorados  tras tanto tiempo parados sin aceite.

Tras sustituir los discos por otros el probelma se solucionó como por arte de magia.



Llegados a este punto nos enfrentamos con valentía a la prueba de fuego y la superamos con buena nota.

 


Al final el trabajo da sus frutos y ha merecido la pena, eso si, nos hemos retrasado un poco en el plazo de entrega.



Lo suyo era tenerla lista para el verano pero la falta de práctica, el tener que anotarlo todo, ir viendo a la par que desmontas un tutorial en youtube y los puntos buenos de marea han influido de forma negativa en los tiempos esperados.

Ha sido con retraso, pero hemos cumplido el objetivo: por fin tiembla!!!

Viajar a Indo.

Todos los días con sol, agua turquesa y buenas olas...ese surfari que todos soñamos...un viaje de los buenos, de los largos, mínimo un mesecito.

Con olas largas hasta la orilla, sin demasiadas aglomeraciones y peligros los justos.

Puestos a elegir, dos baños espaciados al día y surfear la ola de cara.

-  ¿Leo, te fuiste de viaje?
-  Si, a Indoniños.

Foto: Leo Lugilde, en otra de las buenas, estoy seguro de que va a tardar muchos años en olvidar septiembre de 2016.

Escapada a Francia. Parte V. Las dos caras de la moneda.

Del País Vasco francés destacaría la gran variedad de olas diferentes que hay en ese tramo de costa, adaptables a muchos niveles y gustos.

Pero por otra lado la demanda de olas es muy elevada. Mucha gente concentrada en busca de un buen baño en pocos metros de costa.

El primer día llegué a las 9:00 de la mañana al parking de la playa y la gente se estaba cambiando. Me sorprendió mucho ver que la mayoría se estaba quitando el neopreno, ya salían del agua.

Foto: Nueve de la mañana en un parking cualquiera.


Durante los días siguientes intenté en varias ocasiones ser el primero en entrar al agua y no lo conseguí nunca.

 Los últimos dos días de viaje me lo propuse muy en serio, llegué a la playa denoche, estaba tan oscuro que desde la orilla no veía el agua.

 Bien abrigado esperé a que las primeras luces del día me dejasen ver la orilla.

 Foto: Diez de la mañana en un parking cualquiera.


En cuanto la luz me permitió con mucha dificultad ver las primeras olas, me sorprendió que ya había algún surfista remando y corriendo las primeras paredes de la mañana. No me preguntes de dónde salieron.

A pesar de mi empeño incluso días con fuertes tormentas, el resultado fue siempre infructuoso.Es la otra cara de la moneda.



Y hablando de la moneda, la zona es cara, muy cara. Los campings son para mi uno de los principales salvavidas.



Te permiten dormir barato, cerca de la playa y con unas instalaciones espectaculares.

Las instalaciones de los Campings franceses están a otro nivel, piscinas climatizadas que te salvan el día de tormenta tropical.

 

Son siempre mi opción preferida sobretodo porque como hay multitud repartidos por la costa no te sientes atado a tener que dormir en un sitio en concreto y puedes ir saltando de uno a otro en función de las previsiones.

Escapada a Francia. Parte IV. El retorno de la piedra.

Se acercaba la primera borrasca típica del final del verano. A medida que el cielo comenzaba a nublarse el mar iba subiendo de forma progresiva, tocaba volver a refugiarse en la piedra.

A finales del verano de 2012 ya me había coincidido en esa zona una subida de mar y recordaba perfectamente el lugar donde nos refugiamos.

Foto: Año 2012.


Con la ilusión de encontrar aquella bahía tal y como la recordaba nos pusimos en camino.

 Al llegar pudimos comprobar que los movimientos del mar siguen dibujando líneas perfectas y erosionando con cariño aquella pequeña pero mágica bahía.








Nos quedaban 4 días de viaje pero decidimos dejar de viajar.
 








 Llego el momento de despedirse, de volver a casa y el refugio seguía allí, como siempre. Sin parar de llamar nuestra atención, diciéndonos hasta la próxima.