Para el día siguiente daban bajada de mar, en Peniche tocaba olvidarse de Supertubos.
Decidí dormir delante la pradera verde para ver si a primera hora de la mañana podía darme un baño.

No hubo suerte, al amanecer la marea estaba demasiado baja y la mitad de la pradera ya estaba al descubierto.

La roca está complemente recubierta y acolchada por una alfombra natural.

La fuerza del mar va creando surcos en la piedra fruto de la erosión. Canales que el agua aprovecha durante la subida y bajada de cada marea.

Poco a poco el agua comenzó a cubrir la piedra, la diversión estaba asegurada.

Una ola fácil y muy divertida.

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