No soy mucho de madrugar para surfear pero allí lo haría
todos los días.
Cuando los amaneceres parecen atardeceres.
Mikeldi entrando al agua para llegar con hambre al desayuno.El chocopan, una especie de nocilla, le esperaba en cantidades industriales.
El aire cálido, una luz espectacular y el agua caldosa, hacen
mucho más llevaderos los madrugones.
Mikeldi en una de sus primeras olas.

David en su primera toma de contacto, al día siguiente daría un recital de surf con un longboard en una ola dificil.

Sin duda, la mejor forma de empezar el día, Pablo bien colocado.

Mikeldi en una de sus primeras olas.

David en su primera toma de contacto, al día siguiente daría un recital de surf con un longboard en una ola dificil.

Sin duda, la mejor forma de empezar el día, Pablo bien colocado.

Después de surfear en la isla de Ngor todos teníamos
especial interés por adentrarnos en Dakar, la bulliciosa capital de Senegal.




En la calle siempre hay gente, a todas horas, se hace vida
en ella, en comunidad. Destaca la cantidad de niños que hay en cada barrio,
trabajando, haciendo recados o jugando en cualquier callejón.
Aquel día tuvimos la suerte de contactar con Miguel y Ainhoa
que llevan varios años trabajando y realizando labores humanitarias en Senegal,
tenían la tarde libre y se brindaron para darnos un paseo por la ciudad.
Ainhoa en primer plano, la visita al mercado era obligada.

Contar con dos guías que conocen la ciudad como los locales fue una triunfada pero además nos sorprendieron al aparecer con una pickup en la que podíamos entrar todos y tener vistas panorámicas durante la ruta.
Ainhoa en primer plano, la visita al mercado era obligada.

Contar con dos guías que conocen la ciudad como los locales fue una triunfada pero además nos sorprendieron al aparecer con una pickup en la que podíamos entrar todos y tener vistas panorámicas durante la ruta.
David, disfrutando del paseo.
Me llamó especial atención la actividad que hay en cada
playa o rincón costero, donde todos están esperando la llegada de cada
embarcación, para colaborar, limpiar el pescado y
posteriormente venderlo.

Cada persona tiene su función y la actividad es constante, siempre hay movimiento.

Cada persona tiene su función y la actividad es constante, siempre hay movimiento.
Por si fuera poco Miguel es un buen surfista y varios años
en Dakar le han permitido conocer perfectamente la zona.
Miguel dándonos buenos consejos. Nos mostró las principales rompientes.

Miguel dándonos buenos consejos. Nos mostró las principales rompientes.

Puedes ser ateo y sentir la llamada de Alá. Fotógrafo Remi Berthet.

Y a partir de ese momento nos dimos cuenta que estábamos ante un pequeño paraíso para el surf.

Uno de los atardeceres más recordados del viaje. Los cinco integrantes de la expedición afirmamos con rotundidad haber visto una ballena en el pico, pasando por delante de nuestros ojos a pocos metros de la costa.
Las ballenas no habitan en Senegal así que todo fue consecuencia de nuestra imaginación y de la adrenalina.
Foto Remi Berthet.

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