Un sonido estridente, repetitivo y agudo te sobresalta.
De un manotazo seco apagas el despertador.
06:30 A.M.
25-12-2017. Hoy es Navidad.
Comienza la lucha entre dos fuerzas opuestas.
La primera de ellas impide que despegues tu espalda de la
cama, te obliga a quedarte allí calentito y continuar durmiendo. Puede llegar a
ser muy potente. Poderosa como pocas. Se llama pereza.
La otra, impide que vuelvas a conciliar el sueño aunque
sigas tumbado. Te pone nervioso y no deja que tu pulso se vuelva a relajar ni
que tus ojos se cierren de nuevo. Se llama motivación.
Por suerte, tu preferida, ha vuelto a ganar la batalla.
Te lavas la cara y percibes que no tienes ganas de
desayunar. Tu estómago sigue lleno de la cena de Nochebuena.
Al salir al patio te encuentras con tus dos amigos
inseparables. Han madrugado más que tú. La humedad y el frío helador te
acompañan, han venido para quedarse. Gracias a ellos tu traje sigue empapado.
Una vez en el coche se suceden las curvas. Con la
calefacción alta y una canción apropiada, la pereza se sigue debilitando.
Al llegar a la playa compruebas que te has precipitado. Has
ganado tiempo por no desayunar, pero no sirve de nada, es demasiado de noche.
Apagas el coche y la oscuridad es total. El cielo está
completamente nublado. Ni rastro de las estrellas y la luna. ¿Qué hago aquí?.
La batalla entre las dos fuerzas se pone de nuevo
interesante.
2 comentarios:
Pura poesía...
Jorge.
Me he pasado un poco.
Ha sido una entrada, demasiado de mi estilo.
Saludos Jorge
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