Después de quitar el óxido y hacer un pequeño lavado de cara, aparece la cruda realidad.
Amortiguadores destrozados.
Zapatas cristalizadas.
Cables que se rompen.
Pérdidas por todos los lados y lágrimas en A Malata.
Chapuzas varias.
Entonces es cuando piensas que todo va mal. Y en ese justo momento es cuando aparece la cruda realidad para decirte que todavía puede ir peor.
Problemas eléctricos, embrague que no va fino, carburador que no cierra el paso de la gasolina y por si todo eso fuera poco, resulta que tus conocimientos de mecánica se reducen a saber cambiar una bujía y poquito más.
A este paso en vez de avanzar vamos para atrás. Menos mal que el retrovisor funciona.
Sólo le pido que tiemble.
2 comentarios:
No pierdas la cabeza Néstor, temblará, temblará...
Jorge desde Miranda
Gracias por los ánimos Jorge, ya queda menos para poder comprobarlo, esperemos que sí!!!
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