Cuando llega el frio o las condiciones climáticas adversas las tortugas de agua hibernan, sin embargo este año me llamó la atención que la tortuga a finales de septiembre seguía deambulando por el patio, muy activa, nadando y cazando caracoles como si estuviesemos en pleno verano.

A mediados del mes de octubre y con la llegada de las primeras lluvias, la mayoría ya habíamos retirado la sombrilla del maletero del coche, pero ella seguía tan tranquila, dándose paseos por el campo y con los ojos bien abiertos. Se ha convertido en un bioindicador perfecto.
Foto: Hoy, le llaman diciembre.

Esta tarde mientras ponía el neopreno a secar, la busqué con la mirada y allí estaba muy despierta y sonriente. Creo que se rie de mí por tener al alcance windgurú, estaciones meteorológicas, modelos de predicciones y aún así equivocarme muchas veces.
Ella, nunca falla y aún encima se rie.

1 comentario:
Que majilla !!!!
Jorge
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