24 de mayo de 2019

Sólo con un longboard. Ferrolog parte I de II

 
En el Ferrolog hemos podido ver a muchos magos de la tabla larga que con estilo y fluidez han conseguido deslizarse en armonía con el océano, perfectamente acompasados con éste que ha intentado en múltiples ocasiones catapultarles hacia el cielo.
 
Esconder una tabla de casi 3 metros de largo no es nada fácil.

Es un arte que está solamente al alcance de unos pocos. Aquellos que le han dedicado mucha paciencia y horas al mar.

A todos ellos, el océano ha decido premiarles con una sensación que sólo se puede conseguir sobre la punta de un longboard.

Es algo parecido a volar.









 


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