La verdad que salir de currar con la mente puesta en pegarse un buen baño y encontrarte con el mar plato total es una desilusión bastante grande. Pero por otra parte los días que no pillas olas te hacen valorar más las olas cuando las hay y todo acaba siendo un círculo vicioso y sin salida que te hace ir en busca de olas siempre que dispones de tiempo.
Pero la verdad es que hay playas que hasta sin olas son preciosas, prueba de ello es esta foto de un atardecer en una playa ferrolana y que mejor compañía que un buen amigo para disfrutar de esta estampa.
La tabla de Darryl
Hace 1 mes
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