Llegar a Portugal era nuestro objetivo principal que poco a poco se fue desviando para decidir irnos a Francia.
Antes de cruzar la frontera decidimos visitar el pueblo de Zugarramurdi perteneciente a la Comunidad Foral de Navarra.
Zugarramurdi es un pueblo de paso fronterizo con Francia y posee unas magníficas cuevas. Con esas dos cualidades ya os podeis imaginar el potencial del lugar para el contrabando.
El modo de vida de los habitantes de Zugarramurdi siempre estuvo ligado a la tierra. Por ello sus habitantes eran grandes conocedores de la naturaleza, las plantas y las hierbas medicinales.
Los Zugarramurdiarras consideraban que la tierra era la dueña de la vida y por tanto tenían como costumbre celebrar sus fiestas y rituales en las cuevas del pueblo.
La inquisición no veía con buenos ojos aquella sociedad de costumbres, creencias y sabiduría diferentes y la iglesia católica obligó a estas gentes a mirar hacia el cielo.
La inquisición trasnsformó aquellas fiestas en akelarres, los cánticos en conjuros y la sabiduría pagana en magia negra.
Posteriormente apresó a 300 personas del pueblo, de entre ellos 11 fueron quemados, seis en carne y hueso junto con las imagenes de otros cinco que ya habían muerto en prisión.
Entre otros delitos se les acusaba de tener como dios al diablo y de crear tormentas en el mar.
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